Cambia de amigos: los adaptógenos, aliados contra el estrés
Tras ese nombre curioso y casi de ciencia ficción, se esconden el ginseng, la schisandra o la maca, entre otros muchos alimentos deliciosos, que te harán disfrutar dentro del plato mientras benefician tu salud
¿Sabías que hay plantas que pueden ayudarte contra la menopausia o la -menos conocida- andropausia? ¿Y que otras te pueden echar una mano frente a la gripe y la falta de apetito sexual? Ya no es necesario realizar largos rituales nocturnos para mantener reluciente el colágeno de la piel. La naturaleza se empeña en ofrecernos las señales para que nuestro estilo de vida esté ligado a lo que crece directamente de la tierra. La clave está en saber identificar esas ‘muletas’ porque, una vez que lo hagamos, nos permitirán mantener a raya el estrés y disfrutar de sus beneficios sin apenas esfuerzo. Los adaptágonos son, en realidad, PLACER BASED de manual.
¿En qué consisten?
Pues verás: son plantas. Tan sencillo como eso, y a la vez tan especial. A pesar de tener un nombre extraño, nos encontramos con unas aliadas que siempre han estado ahí. Vegetales que han evolucionado en entornos hostiles y han absorbido una resiliencia ancestral, cuyos beneficios pueden jugar en tu favor y ayudarte a controlar el estrés. La mayoría de adaptógenos trabaja sobre el llamado eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, pero olvida la palabrería: lo importante es saber que tienen impacto en los sistemas nervioso y endocrino. Como modulan la sensibilidad del hipotálamo, logran que segreguemos menos cortisona y reduzcamos el nerviosismo que se dispara de forma espontánea. Es decir, te relaja.
En la sociedad actual, está bien manejar tus respuestas de lucha o huida, que es la forma que tiene el cuerpo de prepararte ante determinadas adversidades. A veces es necesario reaccionar -imagina que una bicicleta viene directa a arrollarte-, pero otras se dispara en situaciones donde en realidad convendría mantener la calma. Por ejemplo, un encuentro desagradable con tu ex o un mensaje que no quieres contestar en WhatsApp (archívalo, es más fácil). Si empiezas a integrar los adaptógenos como parte de tu dieta, el estrés reducirá su presencia en tu vida. No tendrás que pasar horas extenuantes en el gimnasio para descargar los nervios tras una jornada de tensión en el trabajo, irás por placer. Pero empecemos por donde toca…
¿Estoy estresado?
Como siempre, primero analizar, luego actuar. Aquí vienen unas claves para que detectes si el estrés se está haciendo con tu vida, lo cual es altamente probable si estás en el siglo XXI. Algunas señales pueden ser sutiles: un día descubres una cana espontánea, o quizá eres el único padre del colegio que se ha contagiado con un virus. Te cansas más de lo normal subiendo el tramo de escaleras hasta el piso de tu madre, que vive en un primero, o saltas cuando tu mejor amigo dice algo molesto (y la verdad, ahora que lo piensas, aquello no era para tanto). No aceptes encontrarte mal: no estás hecho para eso. Tu cuerpo está pensado para crecer y evolucionar, para reír y disfrutar. Mantente alerta ante las pistas de que sufres estrés:
- Cerebro: si notas que te cuesta más concentrarte, aprender, tomar decisiones, recordar pequeños detalles… Saluda al estrés.
- Ánimo: hablando claro, estar estresado viene fatal para el humor. Además, un exceso de cortisona en el cerebro puede producir ansiedad, irritabilidad y pérdida de la creatividad. Y no queremos eso: queremos paz.
- Resistencia: el estrés puede reducir tu capacidad inmunológica. Sin energía, estarás más cansado, más hinchado y te dolerá casi todo.
- Sexo: si solamente te importa la supervivencia porque la cortisona manda, no te va a interesar el placer. Y eso sí que no. El estrés afecta al sexo porque reduce la libido, dificulta el orgasmo y altera por completo el ciclo menstrual.
- Belleza: a lo mejor ese grano que te ha salido justo encima de la comisura del labio o esa pérdida de cabello, que ya no puedes ocultar con el peinado, tiene que ver con la cortisona. Como te decimos a menudo, el estrés envejece.
- Sueño: si estás estresado, es posible que te cueste más dormir por los nervios o descansar cuando cierras los ojos. Y dormir es tan apetecible…
¿Y ahora cómo me desestreso?
Placenteramente, claro. No hemos venido a asustarte ni a disparar, precisamente, tu pánico. Aquí estamos para presentarte los adaptógenos y lograr que los integres en tu vida. Porque te ayudan a mantener el colágeno, a no ganar peso, a parecer menos hinchad@, a necesitar menos azúcar, a mejorar tus relaciones sexuales, a regular el sistema digestivo o a reducir el envejecimiento… ¿Te parece poco? A continuación te ofrecemos cinco recetas para jugar con tus nuevos compañeros a distintas horas del día. Hemos elegido la maca, la ashwagandha, la rodiola, el jengibre y el ginseng, pero tienes un mundo de opciones. Investiga, busca y encontrarás.
1.- Chocomaca
La maca es una planta que viene de Perú y que sirve para aumentar la libido y la resistencia deportiva. Una de las preparaciones más sencillas y apetitosas es como bebida, que puedes tomar en el desayuno o por la noche. ¿Ya conoces nuestra chocomaca? Coge un poco de leche de almendras (800 gr), caliéntala y, cuando esté a la temperatura deseada, añade una cucharada de polvo de maca (20 gr), cacao en polvo (80 gr), melaza de arroz (200 gr) y una pizca de canela. El sabor te sorprenderá.
2.- Leche de luna rosa
Como seguro que habías imaginado por su nombre, la ashwagandha viene de la India. De nuevo, es buena idea empezar o terminar el día con esta raíz, muy utilizada en la medicina ayurvédica. ¿Has oído hablar de la leche de luna rosa? Es fácil de preparar: calientas un poco de leche de almendras (2 l) y añades pitaya rosa (60 gr), polvo de raíz de ashwagandha (4 gr) -también pueden ser tres rodajas frescas-, una pizca de lúcuma (1 gr) y xantana (½ gr). Vas quitando la bebida del fuego cuando hierva y volviendo a ponerla después, hasta que la leche coja un sugerente color crema (unos 3 minutos). Tritura, cuela y sirve. También puedes añadir nuez moscada, canela o cardamomo.
3.- Té de rodiola
A todos nos encanta el té, por lo que solamente traemos una pequeña mejoría: añadirle una planta china que crece a más de 11.000 metros de altura. Nos estamos refiriendo, claro, a la rodiola (o rhodiola, por si la buscas en Google). No puede ser más sencillo: coges una cucharada de sus hojas y las pones en una taza de agua. Calientas como siempre y, cuando eche a hervir, lo dejas reposando tres minutos. Luego cuelas y a beber. Tiene propiedades antioxidantes y fortalece las defensas.
4.- Limonada de jengibre y menta
Presentarte al jengibre es como si te presentáramos a tu primo: lo conoces y lo quieres, pero no sabías lo guay que era hasta ahora. Está muy asentado en la gastronomía europea, aunque quizá no sepas que se le atribuyen beneficios adicionales a su intenso sabor, como facilitar la pérdida de peso y reducir los dolores menstruales. Una preparación sencilla es hacer limonada de jengibre, con menta y limón, que puedes dejar enfriar en la nevera. El mejor refrigerio a cualquier hora del día.
5.- Té de naranja, canela, ginseng y anís estrellado
El ginseng tampoco es un auténtico desconocido, pero ahora vas a descubrir sus grandes poderes para combatir el estrés y la falta de energía. De la raíz de ginseng se extrae un polvo, pero como su sabor resulta ligeramente amargo, vamos a preparar un té. Coge media cucharada sopera y mézclala con media naranja cortada en rodajas finas (con piel), un palo de canela, tres estrellas de anís y medio litro de agua. Deja hervir la mezcla dos minutos y que repose durante 20 más. Luego solamente queda colar y servir.
Si coges una raíz de ginseng y la cocinas al vapor unos 10 minutos, puedes comértela casi cruda, pero como su sabor puede resultar ligeramente amargo hacia el final del bocado, quizá prefieras añadirle algún endulzarte natural. Nada de azúcares refinados, eso no, porque dispararían sin control tus índices glucémicos.
¿Y dónde los encuentro?
Los adaptógenos tienen nombres raros, pero son fáciles de encontrar. Por ejemplo, en nuestra tienda podrás encontrar productos que los incluyen como todos nuestros shots, la crema alcalinizante de zanahoria y jengibre o la salsa sesame ginger miso. No hay excusas para dejar de lado estas raíces, rizomas y plantas que te ayudarán, de forma deliciosa y casi imperceptible, en el día a día. Prepárate para cambiar de pandilla: esta es mucho más saludable. Confía en el ginseng, la maca, la rodiola, el reishi, la cúrcuma, la schisandra, el jengibre… La lista de tus nuevos mejores amigos es extensa.