El estrés es veneno: aquí un antídoto
No nos cansaremos de advertirlo: mucho cuidadito con el estrés. Se ha colado en nuestra rutina como quien no quiere la cosa, pero es malo malísimo. Los Begoístas tenemos trucos para mantenerlo a raya que van más allá de la alimentación. ¿Has probado algo tan sencillo como ordenar tus prioridades?
Todos recordamos un momento vital en el que luchábamos por sacar adelante un asunto profesional, pero a la vez teníamos una situación personal muy delicada y demandante; o sencillamente, aquella mañana en la que recibimos tantas llamadas que ya no sabíamos ni de qué estábamos hablando. En nuestro día a día, que está salpicado por el estrés -¿cómo hemos podido normalizar algo así?- no resulta fácil enfocar aquello que de verdad merece nuestra atención. Ya sean tareas, ya sean metas. Nos convencemos de que no hay nada que temer, de que podremos con todo, pero por inofensivo que parezca, nos enfrentamos a un monstruo cada vez más grande. No temas, Begoísta, porque venimos a darte armas para acobardarlo y, esta vez, no son precisamente comestibles.
La RAE define ‘prioridad’ como la anterioridad de algo con respecto a otra cosa, ya sea en tiempo o en orden. La teoría está clara, otra cosa es la práctica. Cuando estamos muy abrumados, puede ser difícil vislumbrar lo que realmente predomina frente a lo que las emociones o la ansiedad nos dictan. Pero si evaluamos con calma, obtendremos una imagen completa y racional de la situación. Esta claridad mental no solo nos mantiene estables por dentro, sino que nos permite concentrarnos en nuestras tareas y ejecutarlas mejor. No merece la pena hacer tantos malabarismos en una mañana: basta una pirueta bien ejecutada. Si te preguntas por qué hablamos de esto, es porque el autocuidado va más allá de la alimentación, y en eso se fundamenta el ‘Mantra de la Buena Vida’.
Entonces, ¿por dónde empezamos? Pues en primer lugar, puede ser útil distinguir entre tareas urgentes e importantes. Las verdaderamente urgentes siempre se realizarán, porque son problemas que deben resolverse o tienen plazos adjuntos. Presentan una naturaleza reactiva, como responder a un correo electrónico o llevar el coche al taller si se ha estropeado. Las tareas importantes, entre las que por supuesto se incluye el cuidado personal y los momentos felices -el PLACER es urgente-, no siempre nos alertan sobre su necesidad. A menudo las vamos dejando atrás, ya que es natural seguir esas otras ‘luces intermitentes’ y urgentes. Pero si nos distraemos con frecuencia, no solo el trabajo se verá resentido: a medio largo plazo, también la salud física, mental, emocional y espiritual.
La Caja de Eisenhower
Como los Begoístas no somos de palabrería, sino gente de acción, venimos a regalarte una herramienta para tu día a día. ¿Has oído hablar de la Caja de Eisenhower? Dwight Eisenhower fue presidente de los Estados Unidos entre 1953 y 1961, y era conocido por su gran capacidad organizativa. Lo cierto es que guardaba un secreto para administrar tan bien su tiempo: una ‘caja’, en forma de tabla gráfica, que le ayudaba a reflexionar y a priorizar sus responsabilidades. En lugar de intentar abarcarlo todo -fíjate si el país tendría asuntos por atender-, repasaba su lista de deberes y le asignaba a cada cual el peso que merecía. Eisenhower priorizaba las celdas que más le interesaban y pasaba a la acción.
Pero oye, él no es el único que puede hacerlo: nosotras te dejemos por aquí el dibujo, por si te animas a garabatearlo. Nos gustaría ayudarte a rellenar las celdas de tu propia tabla, y en general de tu propia vida, pero es algo que solamente puedes hacer tú. Planificar con anticipación y evitar la postergación previene que las tareas se vuelvan muy importantes y urgentes, liberando tiempo para esos otros asuntos que te hacen feliz o que, sencillamente, están alineados con tus objetivos de salud. Porque hacer deporte no debería estar al final de la lista. Al mismo tiempo, es una herramienta que te permite detectar las distracciones poco importantes. Una vez que organices la información, te será más fácil poner soluciones y sacar tiempo para lo importante, no solo lo urgente.
¿Cómo completar la tabla?
ALTAMENTE IMPORTANTE
1. Hazlo primero.
Es preferible empezar la tabla por esta celda, decidiendo las cosas que son urgentes de verdad. Lo que si no haces de inmediato, ya no podrás hacer mañana, o conllevará un efecto muy negativo. Solo con esto sentirás tranquilidad y serás capaz de pasar al resto.
3. Planea para otro momento.
El tercer paso es la planificación de cosas que no requieren atención inmediata, pero son muy importantes y pueden empoderarte. Por ejemplo, pasar tiempo con amigos o ir a la peluquería. La sensación de estar preparados para el futuro aminora el estrés.
MENOS IMPORTANTE
2. Pide ayuda.
En segundo lugar, delega. ¡A todos nos viene bien un poco de ayuda! Es perfectamente aceptable que un familiar te apoye en una tarea cotidiana, o pagar por ello. ¿Quién limpia tu casa? En el caso de la empresa, ¿qué tal subcontratar ese servicio?
4. Disfruta más tarde.
¡Las tareas que son menos importantes y no urgentes aún se pueden disfrutar! Priorizar lo que es más importante variará entre las personas, pero cuando termines de rellenar la tabla, quedarán asuntos pendientes. Dale espacio a eso que se ha quedado colgando.
Tómate unos minutos para anotar esas responsabilidades, tareas y obligaciones que te ocupan actualmente. Recuerda: no tienes que terminar de escribirlo todo, y menos ahora mismo, sino que puedes ir poco a poco. Es parte del cambio para el resto de tu vida.
El PLACER siempre importa
¿Has terminado? Vale, vamos a reflexionar un poco más. Ahora que has completado esta Caja de Eisenhower, ¿ha cambiado algo en términos de emociones y estrés? ¿Cómo te sientes tras volcar tus responsabilidades por escrito? ¿Detectas alivio en comparación con antes de empezar? Incluso podemos hurgar más allá. ¿Te llama la atención algo sobre la forma en que normalmente das prioridad a las cosas? ¿Qué es para ti lo urgente y lo importante? ¿Te gustaría ordenarlo de manera distinta? Si las preguntas te parecen incómodas, repítetelas con más fuerza o en otro momento: nada de posponerlas.A fin de cuentas, la vida es un viaje que harás acompañado de ti, y mejor conocerse bien. Un poquito de introspección, mientras apuras un delicioso mocktail o comes palomitas al curry, no solo no te hará mal, sino que es uno de los placeres de la vida. Y ya sabes, que el placer es fundamental. Una última idea en la que nos gusta incidir: lo que hoy te parece importante, no siempre te lo parecerá, y lo mismo se aplica a lo urgente. A lo largo de la vida, no siempre serás la misma persona, y es probable que tus prioridades cambien con el paso del tiempo, incluso de un día para otro. Consiéntetelo.